"Quien no vive para servir, no sirve para vivir."

–Madre Teresa

Un mundo con menos sufrimiento y más amor...​​

Entiendo que el dolor y las experiencias difíciles son parte de la vida. Todos lo experimentamos en un momento u otro. Y sé que en gran medida nuestro sufrimiento viene condicionado por la forma como pensamos e interpretamos lo que sucede. La forma cómo reaccionamos ante las circunstancias, incluso más que lo que acontece, determina lo que pensamos, sentimos y hacemos, es decir, nuestro estilo de vida.

Aunque me queda claro, sé también por experiencia personal y profesional, que no es sencillo cambiar los hábitos de la mente y decidirnos a transformar conscientemente nuestra vida. Cuesta trabajo hacernos responsables de lo que pensamos y hacemos y fácilmente nos dejamos llevar por el piloto automático que nos lleva a reaccionar, muchas veces sin darnos cuenta

En ese correr acelerado olvidamos de cuidar nuestra salud. Nuestras relaciones con los demás también son reactivas. Y cuando menos lo pensamos, estamos enfrascados en vidas poco sanas y poco satisfactorias. Lo sé en carne propia. Cuando la mente y el alma enferman, el cuerpo tarde o temprano lo refleja. 

Sin embargo, podemos transforma nuestra vida a través de la conciencia plena. Y cuando eso sucede, todo alrededor cambia. Cuando estamos bien podemos desarrollar todo nuestro potencial, y desde ese lugar de bienestar podemos servir, ayudar y disfrutar de los demás y del mundo que nos rodea.

Mi sueño como ser humano y como profesional de la salud es poder ayudar a todas las personas que desean llevar vidas más plenas, sanas y felices a amarse y cuidarse. Y entonces, como un efecto dominó, entre todos podemos hacer de este mundo un mejor lugar para nosotros y las futuras generaciones.

–Claudia Vega